jueves, 3 de mayo de 2007

Cautivas en Santa Fe

por Roberto Landaburu
Fragmento del libro "Relatos de Frontera"



El Dr. Federico Meyer Arnold, en su obra Del Plata a los Andes, escrita en 1851, refiere la travesía de Buenos Aires a Mendoza en forma minuciosa y amena. Pero cuando dice llegar a la provincia de Santa Fe, en el camino de Postas, agrega: Al llegar a La Candelaria, actual Casilda: "...Llegamos a la posta que se componía de dos miserables chozas circuidas de tunas para defenderse de los salvajes.... Una vieja mujer, único habitante del bello sexo que habían perdonado del cautiverio los indios, y dos hijos suyos nos recibieron. Es incomprensible como un ser humano se determina a pasar sus días entre las garras de la muerte que a cada instante amenaza a estos infelices! Esta pobre mujer que había sido despojada de las dos hijas suyas, inútilmente rogó a los salvajes la llevaran a las tolderías: los bárbaros la despreciaron por su vejez...En cada invasión que hacen por allí, sale ella a preguntarles por el malogrado fruto de sus entrañas y a suplicarles de rodillas la lleven de esclava pero en vano.
"...Al separarnos de este espantoso lugar, abrumado por el pesar que me habían producido la relación y el aspecto acongojado de aquella rugosa cara, no pude menos de pensar: ¡no es sólo la justicia humana la que olvida al desdichado!" (1)

Esta referencia, tomada luego por Héctor M. Lagos, reconstruye uno de los dramas más terribles que pude recoger en la vida de frontera del siglo pasado, y no es otro que la vida de la protagonista de la cita de Meyer Arnold, doña Agustina Galloso
[A] de Gallegos. Casada con Santiago Gallegos[B], provenía éste de una legendaria familia de maestros de Postas, en La Candelaria, los Desmochados, Cruz Alta, etc. En la provincia de Santa Fe y Córdoba, y desde la época del virreinato.

Para los años 1840/1841, un malón que penetró hasta cerca de Rosario, se llevó entre otras, a las hermanas Mercedes y Manuela Gallegos, hijas de doña Agustina, las que tenían en ese entonces 17 y 19 años respectivamente.

Por estas hijas clamaba la doliente madre, cuando en 1851 la entrevista en la posta de La Candelaria el Dr. Meyer Arnold.

Pero los padecimientos de esta pobre madre de la pampa, no terminaban en esa herida desgarrante. En las violentas invasiones ranquelinas, de fines de 1871, se llevan a otras dos hijas: Francisca y Cruz, de 40 y 42 años, y enero de 1872, en otro malón, se llevan a su quinta hija, Silveria Gallegos, de 38 años de edad...

Doña Agustina Galloso, ya fallecido su esposo, no cejaba en sus reclamos por conocer el paradero de sus hijas. Escribe al Dr. Félix Frías, embajador en Chile, y a otras autoridades, ya que para el año 1872 hacia 30 años no tenía noticias de sus hijas Manuela y Mercedes. Pero como es la vida ! poco antes de que le secuestren a las otras tres hijas, recibe noticias de una señora, Mercedes Lescano, domiciliada en Hualquil –Chile–, donde le comunica por carta que Mercedes y Manuela están vivas, residiendo en la zona de Coronel...

El dolor de la vieja Agustina

El diario La Prensa, de fecha 19 de diciembre de 1871 publica esta noticia, y dice que en la redacción se apersonó la atribulada madre pidiendo hagan saber a sus hijas que si quieren volver que se trasladen a Mendoza que ellas las irá a buscar....

Además escribe esperanzada a la Sra. de Lescano en Chile dando el nombre de sus cinco hijas cautivas: Manuela, Mercedes, Francisca, Cruz y Silveria, aclarando que de las tres últimas no tiene ninguna noticia y agradece al que las trasmitiese....

La pobre vieja Agustina, ya para entonces inicia su última Vía Crucis...Olvidará sus achaques de edad avanzada, abreviara sus días, venderá su establecimiento, sus terrenos, sus muebles y últimas alhajas, abandona el panorama nativo, recio, y como dice Lagos, pedirá a la histórica virgen de La Candelaria su protección, cruza por última vez los fosos y tunales de la posta. Se instala en Rosario, y comienza una enfervorizada cruzada en las redacciones y periódicos, buscando más datos, escribiendo a los más altos funcionarios, motorizando la esperanza de vida. Sus hijas, después de 30 años, ¡¡están vivas!! Así gasta hasta sus últimas monedas...

Lagos logra una completa documentación, donde consta la carta del Dr. Tejedor al embajador Félix Frías: "... dos cautivas de nombre Mercedes y Manuela Gallegos que dicen estar en el departamento Lautaro –Chile–, en un distrito que se llama Coronel, solicitan ser ayudadas por el gobierno Argentino para regresar a Argentina..."

Las hermanas Gallegos, tienen hogar constituido

Se constata que ambas cautivas, tenían esposo e hijos....Se procura que se trasladen al puerto de Valparaíso para embarcarse rumbo a Argentina, que una vez arribadas debían presentarse en el Ministerio de Relaciones Exteriores que le proporcionaría los medios para llegar al Rosario con su madre, que las espera angustiadamente...

Pero la vida, esa triste realidad que es la vida, hace que desde Chile se informe que: las hermanas Gallegos tiene hogar constituido, que son madre ellas mismas, sintiéndose ligadas ya al medio donde viven por fuerte razones afectivas, que Manuela teme cruzar el estrecho, y que solamente Mercedes está dispuesta a afrontar el viaje marítimo....

Las dificultades aumentan para desgracia de doña Agustina, ya estamos por el año 1873, sin obtenerse el regreso de las cautivas a Rosario. Surgen dificultades nuevas para el Dr. Frías, aunque comprensibles, las hermanas tenían ya su familia, sus hijos, su hogar.....

Mientras: "...la madre de las señoras Gallegos, doña Agustina, vive de la caridad pública en el Rosario, por consiguiente ninguna ventaja puede ofrecer ya al retorno..."

Los documentos dicen que para febrero de 1874, Mercedes Gallegos con su esposo y un hijo se embarcaron desde el puerto de Coronel, en Chile, rumbo a Bs.As. Esta va a ser la única de sus cinco hijas, que la pobre Doña Agustina podrá ver antes de fallecer en Rosario.

La quinta hija cautivada

La última de las hijas cautivadas, Silveria Gallegos, en julio de 1887 se presenta en un puesto de la estancia de don Juan Caronti, en Bahía Blanca, donde relata que se llama Silveria Gallegos, que fue cautiva cerca del Rosario, "... en un paraje denominado Candelaria, viene actualmente de Chile, su padre es Santiago Gallegos. Había sido llevada en los primeros días de enero de 1872,... sus tíos están en el Desmochado, sabe que dos hermanas Manuela y Mercedes están cautivas pero ignora su destino...!"

De las otras dos hermanas Francisca y Cruz, nunca se supo nada. Lagos, dice que no se obtuvieron datos ni fueron encontradas, presumiendo el referido autor que quedaron en la ciudad de Mendoza, sin comunicarse jamás con su familia....! (2)

Aún hoy, en los pagos de la Candelaria, la figura de una vieja mujer, de rugoso y acongojado rostro, con los brazos al cielo y mirando al poniente, grita su desolación, para que el Pampero le traiga las noticias que no llegarán..!

1) MEYER ARNOLD. Del Plata a los Andes - Edic. Huarpes. 1944.
2) LAGOS, Héctor M.- Cinco Cautivas Argentinas en Araucania. Edit. Candelaria, Bs.As. 1969

[A] Agustina Galloso, nació en 1799; hija de José Mariano GAYOSO BANEGAS. Éste había nacido el 18-XII-1772 y fue bautizado el 14-IV-1773 en Rosario Catedral, era el menor de los hijos de Tomás GAYOSO GÓMEZ RECIO y Josefa Benegas.
José Mariano casó en Rosario Catedral el 22-V-1800 con María Ignacia GALLEGOS, hija del Capitán Andrés Gallegos y de Rosa Ávalos y Mendoza. Radicados en la zona del Saladillo.

[B] Santiago Gallegos era hijo de Francisco Gallegos (hermanastro de María Ignacia) y María de la Cruz Espinosa. Agustina y Santiago casaron en Rosario Catedral el 11-IV-1816.

3 comentarios:

Josè Arturo Vàzquez dijo...

He leído conmovido el relato expuesto. El temple formidable de Doña Agustina, sin duda alguna alimentado por una férrea esperanza, bien merece el homenaje de exaltar su lucha inquebrantable.

Anónimo dijo...

El drama de la madre de las cautivas, es un testimonio de los pesares de nuestra sufrida gente de la campaña de aquellos tiempos. Un abrazo. Carlos María.

Anónimo dijo...

Mi nombre es Sara Clotilde Gayoso, vivo en Rosario y agradecería me sea suministrada información acerca de familiares del Teniente Coronel Julián Gayoso, quien revistara en la Guerra del Paraguay.Mi dirección es: unasaga@hotmail.com Desde ya, gracias.